Esta Chardonnay muestra una explosión aromática: durazno blanco, flor de azahar, lima, frutas verdes y un acusado carácter mineral de sílex y piedra húmeda. En boca es «eléctrica», con cítricos (lima, limón), manzana verde, salinidad marcada y una tensión mineral inconfundible. Final largo, seco, de textura cremosa pero vibrante.

• Pescados grasos (salmón, atún) con salsas cítricas o mantequilla salada

• Mariscos al vapor o en salsa ligera (e.g., vieiras, langosta)

• Quesos suaves y salinos (parmesano, manchego)

• Platos con hierbas frescas (pasta con limón y perejil, ensaladas con vinagreta de lima)

White Bones proviene del suelo “bone-rich” (con depósitos calcáreos y huesos fósiles) en una parcela de sólo 2,2 ha; la fermentación es larga (45‑95 días), crianza sobre lías en foudres de 500 L de roble francés de segundo a cuarto uso, sin clarificar ni filtrar para preservar su pureza.

Ha sido calificado con puntajes excepcionales:

• 100 puntos por James Suckling (añadas recientes).

• 98‑99 puntos por Robert Parker, Wine Advocate, Robert Parker, Tim Atkin, Descorchados y Wine Enthusiast.

• Reconocimientos: “World’s Best Sommeliers’ Selection” (2024 y 2025) y premio a la mejor Chardonnay argentina (Vivino Wine Style Awards 2020).

White Bones representa lo mejor del terroir de altura en Mendoza: mineralidad intensa, finura tónica y capacidad de guarda. Sin duda, es una de las chardonnays más emblemáticas y cotizadas de Sudamérica.