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Foto del escritorSed Wine Club & Merchant

La experiencia Sed en la casona Wynwood de Barranco

«La Barra Sed es una iniciativa hedonista, cuyo fin es que más personas conozcan y disfruten del vino de una manera distinta, con la dirección de expertos, sin protocolos ni poses.» Escribe: Aaron Plasencia R. (@aaron__plasencia) 27/09/2023


El vino es una de las bebidas alcohólicas más tradicionales que existen, pero no siempre ha estado al alcance de todos por diversas razones. En la actualidad, aunque al vino lo podamos encontrar en supermercados, tiendas especializadas, restaurantes, bares, entre otros lugares; el elegir qué tomar es aún uno de los obstáculos más frecuentes.


Por ello es tan importante generar espacios en los que las personas puedan disfrutar de una copa de vino de una manera divertida y es justamente la misión de Sed Wines, empresa que se constituyó en una etapa histórica para el mundo: el 2020. Fue quizás el mejor momento para que las personas puedan conocer y disfrutar del vino, ya que, en ocasiones, se convierte en el mejor pretexto para compartir con quienes más queremos.


Es así que ―en la casona de Barranco―, una de las propiedades de Wynwood House, que ofrece una experiencia hotelera sinigual en diferentes países de Sudamérica con espacios pensados y diseñados para disfrutar al máximo de la estancia de sus visitantes; se hace presente la segunda edición de la Barra Sed, un formato en el que el vino es el protagonista a través de una meticulosa selección de vinos de bodegas emblemáticas de Sudamérica: es una iniciativa hedonista, cuyo fin es que más personas conozcan y disfruten del vino de una manera distinta, con la dirección de expertos, pero sin protocolos ni poses. La experiencia no podía estar completa sin la presencia de una cristalería de calidad como la de Riedel, la facilidad que brindó Cabify para llegar al evento y la prolija gestión y coordinación de Alessandra Sempértegui, head of marketing de Wynwood House.


En el primer nivel de la casona, además de estar rodeados de una infraestructura de antaño ―muy cerca a la puerta de ingreso―, se ubicaron los vinos de la bodega argentina La Posta Vineyards con su representante Agustina Goldsack, sommelière y bartender, que muy amablemente invitaba a degustar La Posta Paulucci Malbec, La Posta Bonarda Armando y La Posta Pinot Noir Glorieta: vinos versátiles que llamaban la atención no solo por las características sensoriales, sino también por los diseños de sus etiquetas. A tan solo unos metros ―en otra habitación― la sommelière y enóloga Gabriela Rovati junto a Juan José Ruiz (importador), en representación de Viña Koyle, realizaron una serie de catas que dejaron absortos a todo aquel que ingresaba; los vinos, que fueron los protagonistas de dichas catas, provienen del valle de Colchagua y son elaborados por el enólogo Cristóbal «Toti» Undurraga.


Al subir al segundo nivel, lo primero que se percibía eran las velas aromáticas y artesanales de Arde, que están elaboradas al 100 % con cera de soya, una experiencia multisensorial que «transportó» a los visitantes a sus recuerdos más sublimes; hasta que, a unos pasos, se ubicó la Barra Sed, en la que se podía degustar los vinos de las bodegas señaladas anteriormente, en un espacio acogedor y acompañados de pistas musicales; para muchos de los asistentes la unión del vino, la música, los olores y la tranquilidad de la casa Wynwood es sinónimo del «maridaje perfecto». Y si aún no has podido vivir las experiencias de Sed, no te preocupes, que muy pronto se publicarán nuevas fechas.

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